En un estudio sobre psicología deportiva llevado a cabo por la Universidad de las Islas Baleares, se analizó cómo el nivel de autodeterminación (es decir, los distintos niveles de motivación de un deportista: intrínseca, extrínseca y desmotivación) y la satisfacción de las necesidades psicológicas básicas (autonomía, competencia y relaciones sociales) en deportistas que practican deportes de equipo se relacionaban con la diversión y la intención de persistencia que éstos manifiestan en la práctica deportiva. El estudio se realizó entre 1007 practicantes de fútbol, baloncesto, balonmano y voleibol, tanto de género femenino como masculino y con edades comprendidas entre los 11 y 16 años.
El concepto autonomía hace referencia a la necesidad del deportista de sentirse el origen de sus acciones, recalando en él mismo la responsabilidad de sus actos y mostrando libertad de actuación. La competencia hace referencia al sentimiento de control sobre la acción, mostrando eficacia. Por último, la necesidad de relaciones sociales está caracterizada por la sensación de conexión con los individuos del entorno (Ryan y Deci, 2000).
La principal conclusión que se extrajo fue que las necesidades psicológicas básicas juegan un papel fundamental en la diversión y la intención de persistencia en jóvenes practicantes de deportes colectivos. En concreto, se ha encontrado que la percepción que los jugadores tienen acerca de la satisfacción de las necesidades de relaciones sociales y competencia repercutirá positivamente en los niveles de diversión y en la intención que los jóvenes que practican deportes colectivos tengan de seguir practicando en años posteriores.
En base a esto, resulta especialmente interesante el trabajo de las necesidades psicológicas básicas en el contexto deportivo, todo ello con el objetivo de fomentar altos niveles de diversión y un pensamiento positivo acerca de la persistencia en dicho deporte. Plantean que es muy importante llevar a cabo un programa de intervención para mejorar la cohesión de equipo y las relaciones personales, estableciendo una serie de estrategias a la hora de plantear las tareas cooperativas, entre las que destacan la cesión de responsabilidad a cada jugador en las tareas comunes, el realizar cambios en los grupos para realizar las tareas y recompensar a los deportistas por el esfuerzo en vez del resultado.
Asimismo, otra propuesta que hacen para mejorar el proceso de aprendizaje en el deporte es la de optimizar que el deportista se vea hábil y autónomo. A partir de los resultados del estudio se hacen las siguientes recomendaciones para aumentar la satisfacción de nuestros deportistas:
• las tareas propuestas a los deportistas deben ser acordes a su nivel de habilidad
• el entrenador debe proporcionar refuerzo positivo
• la evaluación debe ser en base a índices intrapersonales
• ceder responsabilidad y libertad a sus deportistas
• los objetivos propuestos deben ser asequibles y favorecer la toma de decisiones en las tareas desarrolladas y en los entrenamientos.
Miguel Ángel Perdomo. Psicólogo T-1594
Fuente consultada: Revista de Psicología del Deporte. 2012. Vol. 21, núm. 1, pp. 7-13.